Una
persona, incluso una sociedad entera, que no pueda recordar la presencia de su
pasado o de los hechos más relevantes de éste, está condenada a caminar
desorientada hacia el futuro. Con las clases de Memoria tuve la oportunidad de
reconocer la importancia de preservarla en lo personal y en lo colectivo.
Para
ejemplificar un poco lo visto en clase, para el siguiente post quiero hablar de
un dispositivo de fijación de memoria que en lo personal, desde que tengo uso
de razón, me ha parecido de lo más interesante: LAS FOTOGRAFÍAS. Y no me
refiero a las actuales que podemos sacar con el celular o una cámara, si no las
anteriores, las que debías llevar el rollo a revelarlo. ¡Esas eran buenas
fotografías!
Y
claro está, es mi punto de vista. Recuerdo cuando era niño, y después de viajes
o en algún cumpleaños o evento importante donde se tomarán fotografías;
acompañaba a mi mamá a Kodak a revelarlas con mucha emoción por ver como habían
salido. Por supuesto, también el coraje cuando la cámara no enfocaba bien y
debíamos deshacernos de varias fotografías.
Aunque
hoy en día pueden capturarse momentos desde un celular, iPad, laptop, o
cualquier dispositivo electrónico que cuente con cámara; para mí no es lo mismo
que sentir y palpar las fotografías impresas y reveladas. Creo que ese tipo de
cámaras ya no existe, para mi mala suerte, y aunque pueden imprimirse las
fotografías que tomas con el dispositivo electrónico de tu elección, la
consistencia, imagen y la emoción para mí ya no es la misma.
Sin
embargo, enfocándome en las FOTOGRAFÍAS DE REVELADO como dispositivo de
fijación de memoria, éstas son una gran herramienta para recordarnos todo lo
que dejamos atrás. Al verlas, podemos remontarnos a un bonito viaje familiar,
un día de campo o una visita con la abuela. ¡Cualquier momento que uno desee
capturar!
Aquí
es donde se aplica el principio de que le memoria es SELECTIVA, porque al
momento de ver la fotografía del momento que se capturó, nuestros recuerdos se
sitúan en el preciso instante en que se tomó la imagen y con ello, recordamos
los momentos más significativos de aquél día; de una manera SINTÉTICA. Gracias
a ello, se reviven sentimientos, recordamos olores y sensaciones al evocar los
felices o tristes recuerdos que nos puede provocar una FOTOGRAFÍA.
A
partir de un conjunto de fotografías nace otro dispositivo de fijación de
memoria, el ÁLBUM FOTOGRÁFICO, donde puede o no recabarse todas las fotografías
de una manera cronológica y organizada donde cuenten la memoria de una familia:
las fotos de los bisabuelos, la boda de los abuelos, la despedida de soltero de
los padres, etc.
El
álbum es creado a partir de experiencias individuales de los miembros del
núcleo familiar, que en suma, darán origen a recuerdos colectivos que engrandecerán
la memoria de todos los involucrados. Un álbum puede ser tan extenso, complejo
o simple como se desee según de la información que se le quiera aportar para
enriquecerlo.
Y
por supuesto, la FOTOGRAFÍA no es propia de una familia, sino de una nación
entera e incluso, el orbe. Gracias a ella se han podido registrar los grandes
acontecimientos de la humanidad así como los progresos de ésta a lo largo de su
existencia. Sin lugar a dudas, la fotografía donde decida enfocársele, es una
herramienta que ayudará a fijar la memoria en lo individual y en lo colectivo.